Los controles de precios benefician a los más ricos

Los controles de precios benefician a los más ricos

La política progresista del gobierno nacional consiguió que la escasa inversión actual se enfoque en la producción de bienes y servicios para los consumidores de altos ingresos, un sector muy reducido de la sociedad argentina.

En su obsesión por perseguir las ganancias de las empresas, el funcionario Guillermo Moreno, instruido por el matrimonio presidencial, se la pasa investigando cuáles son las utilidades de cada sector y empresa en particular. Parece ser que ahora es el turno de los bancos, pero lo cierto es que prácticamente no hay sector de la economía que no sufra o haya sufrido el control de utilidades que ejerce el secretario de Comercio Interior.

Si el Estado comienza a apropiarse de esas utilidades o a prohibirlas, lo que consigue es destruir la brújula que orienta la asignación de los recursos productivos. Sin esa brújula, se paraliza la inversión, se crean menos puestos de trabajo y, normalmente, los recursos se destinan a sectores en los que el Estado no le interesa meterse, sectores que suelen ser aquellos que producen bienes y servicios para los segmentos de ingresos más altos. Dicho en otras palabras, lo que está consiguiendo Moreno de la mano del kirchnerismo es asignar ineficientemente los escasos recursos que se vuelcan a la inversión. Es decir, las intervenciones de Moreno no sólo espantan las inversiones, sino que, además, las escasas que se llevan a cabo se orientan a productos que no demanda los sectores de ingresos medios y bajos.

La política progresista del gobierno ha conseguido que aquellos que arriesgan algunos dólares de inversión en Argentina los destinen, por ejemplo, a construir edificios en Palermo Hollywood con sauna, gimnasio, cocheras de cortesía, lavandería y demás exquisiteces, en ves de asignarlos a hacer una "vaquita" (hoy llamado pool) para dedicarse a la actividad ganadera o a la producción de lácteos. Moreno consiguió el efecto justamente inverso al deseado. En vez de lograr que aumente la producción de los bienes mencionados, consiguió que disminuyera la oferta, perjudicando a los sectores de menores ingresos, que tiene que conformarse con productos de menor calidad, si los consiguen, y a precios más altos. Mientras tanto las torres con departamentos de alta gama se levantan en la ciudad como riéndose de las primitivas medidas intervencionistas del gobierno. Lo que logró el gobierno fue distorsionar de tal manera los precios relativos que los escasos recursos se destinan a producir para un sector muy reducido de la sociedad con altos ingresos. Moreno y los Kirchner han trabajado para perjudicar a los más pobres y beneficiar a los más ricos.

El mejor ejemplo es el mismo matrimonio presidencial que, de acuerdo a la información periodística, invierte sus ahorros en zonas turísticas del país a las cuales jamás va a ir una familia del cono urbano bonaerense. Invierten en inmuebles en zonas turísticas dónde sólo los que tienen ingresos más altos y los extranjeros pueden pagar. Invierten para satisfacer la demanda de los ricos. No de los pobres.

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