Diputado Carlos Kunkel



El patotero oficial

Fue funcionario municipal en Florencio Varela, desde donde despegó para pasar a engrosar la novísima tropa kirchnerista.

Lo que pocos conocen es que, desde su cargo municipal, Kunkel hizo varios “negocios” en su propio provecho. Entre otros, hacer firmar un contrato a la municipalidad de Florencio Varela con una empresa de su propiedad —la constructora Podic— para hacer onerosas obras en la zona.
A pesar de que hoy en día trata de aparecer como una persona honesta, Kunkel no puede explicar cómo entre los años 1997 y 1998 —siendo funcionario— compró tantos campos en la localidad de Bragado, amén de una quinta en la calle Islas Orcadas de Florencio Varela y varias camionetas 4 x 4.

Más grave aún es que algunas de las propiedades que el funcionario compró en esa localidad fueron adquiridas de manera inmoral, ya que gracias a su cargo tomó conocimiento del trazado de la autopista Presidente Perón y con ese dato en la manga presionó a algunos vecinos para le que vendieran sus bienes a precio irrisorio.

Sin ir más lejos, en el Juzgado Nº 13 de los Tribunales de Lomas de Zamora Kunkel acaba de perder un juicio por la escrituración de uno de esos campos luego de haber intentado varias jugadas sucias, una de ellas la de presentar como testigos a sus propios empleados.
Otro de los reveses que sufrió el subsecretario de Kirchner en la causa se dio a la hora de pedir que declarara su antiguo jefe, el ex intendente de Florencio Varela, Julio Carpinetti.
Kunkel, confiado en la amistad que tenía con quien durante años lo había cobijado en su casa, no esperaba sufrir semejante despecho: Carpinetti confesó que Kunkel le había propuesto, sin demasiadas vueltas, el negocio de comprar en sociedad esos campos porque luego valdrían una fortuna. Un verdadero tiro por la culata.

Una de esas oscuras historias se dio en el paraje La capilla —altura Km.18 de Florencio Varela— hace varios años, cuando un hombre llamado Mario Santamaría compró unas tierras con el fin de instalar una tosquera camuflada como criadero de truchas.

Lo que nadie sabía es que Santamaría se había asociado con —el entonces funcionario— Kunkel y que, a cambio de una suma periódica de dinero, este le daría la protección que necesitaba para mover camiones de tosca sin que lo molestaran.
Un testigo de ese hecho aseguró oportunamente a quien escribe estas líneas que “en realidad la intención era vender la tosca a la gente que había ganado la licitación de la autopista pero como el tema no avanzó vendió la tosca en forma particular. Como a Kunkel se le terminó la cometa decidió no avanzar con el criadero de truchas”.

Agrega el testigo que “cuando Kunkel compró este campo en U$S 150.000.- libre de gastos, impuestos etc- estaba en cesación de pago”.

2 comentarios:

German R. dijo...

Otro más para cagar a patadas en el orto. Encima se cree poderoso.

walter dijo...

Un reverendo caradura!
Nunca mas hay que permitir que estos tipos tengan acceso a representarnos. Son unos matones que nos van a llevar a vivir como cavernícolas.