Un gobierno que teme ser investigado

Un gobierno que teme ser investigado

Bajo la gestión del matrimonio Kirchner la OA, creada en diciembre de 1999 con facultades para constituirse en querellante en casos de corrupción, se ha caracterizado por su ineficiencia.

Las nuevas disposiciones del ministro Fernández la tornarán aún más ineficiente en momentos en que hay serios casos de presunta corrupción que preocupan al Gobierno, como la valija con 800.000 dólares del venezolano Guido Antonini Wilson y el caso Skanska, que no por casualidad marchan a paso extremadamente cansino en la Justicia. De ahondarse, ambos casos podrían, a su vez, abrir nuevas investigaciones. De hecho, es lo que ha ocurrido con el de las presuntas coimas y sobreprecios de Skanska.

Es posible que el pecado original de la OA radique en su dependencia del Poder Ejecutivo, pero no es menos cierto que el actual gobierno, que llegó al poder con la promesa de Cristina Fernández de Kirchner de mejorar la calidad institucional, hace todo lo posible para inmovilizar a la ya aletargada OA.

Sumado al control que ejerce el Gobierno sobre la Justicia a través del Consejo de la Magistratura y a los intentos de acotar la independencia de la Auditoría General de la Nación, la decisión del ministro Fernández no hace más que confirmar que el kirchnerismo tiene miedo, y mucho, a ser investigado y que ya ni siquiera le preocupa que ese miedo se note.

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